La vida Cipollini, la vida mejor.

Hace un tiempo oí decir a un cantante aquello de 'cada vez creo menos en el talento y más en el trabajo duro'. Seguramente a Rock Lee se le saltaría alguna lágrima al escuchar tal afirmación, pero en putofutbol gustan más los deportistas que se basan en el talento, la genialidad y que de cuando en cuando nos regalan alguna excentricidad que casi parece más destinada a humillar a sus rivales que a ganar algún trofeo.
Si alguien puede decir que la vida está para divertirse y que el trabajo duro es para los perdedores ese sin duda es Mario Cipollini.

LA VIDA SEGÚN CIPOLLINI

Si se le pudiera aplicar una regla de oro a la vida de Mario, esa sería la de 'el esfuerzo corto pero intenso' porque es exactamente lo que hacía en cada una de las carreras en las que participaba.
No digo esto porque fuera uno de los mejores sprinters y puede parecer que su trabajo se basa en unos segundos dentro de cientos de kilómetros; digo esto porque sus esfuerzos en las grandes vueltas se centraban en la primera semana de carrera, donde trataba de hacer el menor trabajo posible, ganar un par de etapas, correr la primera contrareloj larga como líder y retirarse en la primera etapa de montaña.
El maillot de la regularidad pa' tu culo pirulo, que eso son tres semanas de trabajo.

La preparación de Super Mario para las grandes vueltas tampoco se puede decir que fuera concienzuda; básicamente se trataba de mantener la punta de velocidad, algo que por otra parte se pierde muy poco a poco con la edad, y fichar a un equipo con los mejores esprinters para servirle en bandeja el triunfo a Cipollini. Tanto es así que en algunas etapas se podía ver a tres o cuatro corredores del Saeco lanzando el sprint prácticamente sólos y apartándose a última hora para que nuestro protagonista quedara primero.
La mirada de Mario se ocultaba tras las gafas pero todos sabemos que esa mirada en realidad decía 'Que fácil es vivir!'

Alguna vez subió al podio de traje, nada de sponsors ni patrocinadores. Rey de reyes.

LA FANTASIA DE MARIO

Pero sin duda donde Cipollini se daba un festín era en los prólogos. Si esta no era su especialidad, ¿Por qué destacaba?
Pues porque ahí es donde sacaba a pasear todo su sentido del humor y salía disfrazado con trajes de lo mas esperpéntico a contrarelojear. Ya podía ser con un traje de tigre, con la bandera de los estados unidos, disfrazado de Tron, con un traje de cebra, con un maillot que simulaba la musculatura humana, si estaba de líder en el tour completamente de amarillo e incluso jamonas en el manillar de su bicicleta para servirle de inspiración en la soledad de la carretera.

Lo mires como lo mires Mario es el puto amo

Claro que todas estas adorables payasadas hacían enfadar a los más puristas. En mi opinión esta era una forma magnífica de dar espectáculo en un deporte que muchos tachan de aburrido, pero como aquí los que mandan son los de la Unión Ciclista Internacional y no yo, por cada uno de estos trajes le caía una buena multa a Cipollini. Algo que le daba igual, supongo que para el era algo así como invertir en publicidad.

El día que según Jean Marie Leblanc (el manda más del tour) se pasó de la raya fue cuando se disfrazó de Ave Cesar y todo su equipo le acompañó disfrazado de romano. Fue en el día de descanso del tour del 2000. Con su broma quería celebrar el aniversario de Julio Cesar y su record de cuatro etapas consecutivas en un tour pero tras esto fue vetada su participación desde el 2000 hasta el 2003.
¿Y cómo es que le levantaron la sanción en 2003?
Pues muy fácil. Cuando te riges por hacer lo que te de la gana normalmente te ganas diversos castigos. Si eres un cenizo poco a poco vas pasando por el aro y descubres que en la vida tienes que seguir unas normas si no quieres tener problemas, si eres un puto genio no te importan los castigos y consigues que se te perdone demostrando que eres el mejor. Eso es precisamente lo que hizo Mario. En 2003 fue campeón del mundo de fondo en carretera y añadió ese punto de presión a la organización para que lo volviesen a admitir. Un tour sin el campeón del mundo no es lo mismo.
Lo volvieron a admitir y brilló pero en lo que respecta a su comportamiento no se redimió.

Ese mismo año su equipo participó en la vuelta a españa. La única condición que se les puso es que Cipollini estuviera presente ya que salvo él, el resto del equipo era una escuadra de desconocidos que apenas aportaban notoriedad en el pelotón.
Mario participó, corrió el prólogo (unos 10-15 km) y se retiró, dejando a toda la organización con el culo torcido. Le cayeron bastantes críticas por su comportamiento y él se defendió alegando que se estaba recuperando de una lesión. Yo tampoco me lo creo pero aun así me sigue pareciendo genial.

House y Mario, Mario y House. Tanto monta, monta tanto.

Y así ha ido pasando su vida. Mario es un personaje popular en italia, un playboy que ha reconocido que si no hubiera sido ciclista habría sido actor porno.
Podría poneros varios vídeos suyos con sus mejores victorias, la caída que sufrió en la vuelta de 1994, bailando en el mira quien baila italiano o incluso tirando una botella a una moto que le pasa demasiado cerca en una carrera pero prefiero poneros una broma de cámara oculta en un programa italiano. Miradlo porque os aseguro que no tiene desperdicio. Risas garantizadas:


2 Responses
  1. Una entrada muy divertida Iñaki. Y es que el deporte, excepto para la gente que vive de el, es puro entretenimiento, y deportistas como Mario al menos nos hace sonreir.
    U-R-U-G-U-A-Y-O


  2. grande cipollini, amado y odiado a partes iguales